martes, 7 de agosto de 2018

Mi lactancia

Hoy termina la semana mundial de la lactancia materna y yo no os voy a hablar de los beneficios que tiene para madre y bebé porque creo que de eso hay información más que suficiente en la red.


Hoy os voy a contar cómo ha sido mi lactancia, las dificultades que me he encontrado y como las he solucionado, por si a alguna os sucede y os puede ayudar.

Cuando me quedé embarazada de Hugo tenía claro que quería intentar dar el pecho, aunque mi madre no pudo darnos ni a mi hermana ni a mí (ahora tengo mis sospechas de que fue por mal asesoramiento, pero era lo que había en los 80...). Yo nunca me agobie con el tema lactancia, ya que pensé que si no se podía por cualquier motivo no pasa nada, afortunadamente vivimos en una sociedad en la que tenemos acceso a leches adaptadas para bebés.

Tengo la inmensa suerte de que el hospital que me corresponde esta muy concienciado con el parto respetado y la lactancia materna, así que me facilitaron las cosas. Nada más nacer Hugo, me le pusieron encima y él fue reptando para buscar mi pecho. Al principio costó un poco que se enganchara pero gracias a la ayuda de la matrona que estaba asistiendo el parto logramos que el peque empezara a mamar y creo que eso fue determinante para una lactancia exitosa.


El primer problema que tuve es que cada vez que se enganchaba me dolía el pezón. Solo era en el momento del enganche, luego mientras mamaba no dolía nada. La postura parecía que era correcta, así que era un problema de sensibilidad, posiblemente causado por el trajín de hormonas, ya que hasta el roce de la camiseta o pasarme la esponja al ducharme me hacía ver las estrellas. La solución fue usar una crema de lanolina compatible con la lactancia. Al cabo de una semana el dolor había desaparecido por completo.

Segundo problema, bastante más preocupante, el niño no dejaba de perder peso. Nos tuvimos que quedar un día más en el hospital y estuvimos a punto de darle una ayudita. El enganche estaba bien, a mí me salía calostro... Entonces que iba mal? Ya os contaré de manera más detallada pero el parto de Hugo fue complicado, hasta el punto de que le tuvieron que sacar con ventosa, y durante el parto tragó mucho líquido amniótico. El último día que estuvimos en el hospital el niño no dejaba de llorar, la noche fue peor hasta que decidimos usar el botón mágico y llamar a la enfermera. Se llevaron al niño, mi marido fue con él y le estuvieron sacando el líquido amniótico que había tragado, a partir de ahí el niño se relajó y empezó a ganar peso, hasta el punto de que tras salir del hospital empezó a ganar caso medio kilo por semana.

Tercer problema: los opinólogos. Hugo ha sido un bebé de alta demanda y aún a día de hoy, con más de tres años sigue siéndolo. Eso se traduce en que todo el día quería brazos y teta. Y cuando pasa eso la gente opina, que si tiene hambre, que si dale agua, que si a lo mejor necesita una ayudita, que si te usa de chupete, que si le estás mal acostumbrando...y ahí estaba yo, en pleno posparto y escuchando todo el repertorio de consejos que, aunque con buena fe, no había solicitado. La solución para estos casos es sonreír y hacer oídos sordos y siempre guiarnos por nuestro instinto. Si además tenemos el apoyo de nuestra pareja, como fue mi caso, mejor que mejor. Truco: durante los primeros días tendreis bastantes visitas, así que cada vez que el niño quiera comer, que vuestra pareja de la forma más cortés les eche de la habitación.

La verdad que he tenido bastante suerte y no he tenido nunca una mastitis ni grietas, así que eso nunca supuso un problema para mi, pero en esos casos siempre hay que buscar ayuda médica.

Siguiente problema: incorporación al trabajo. El permiso por maternidad en España es ridículo y se carga muchas lactancias. Yo tuve suerte y pude juntar las horas de lactancia (15 días laborables según mi convenio) y todas mis vacaciones así que me incorporé cuando el niño tenía poco más de 5 meses, pero en muchas empresas no se puede, entonces qué hacemos? Yo también tuve suerte de que me dejaban ausentarme de mi puesto de trabajo para poder sacarme leche, tenía nevera para poder conservarla y además podía " disfrutar" de una reducción de jornada, vamos que he sido casi una privilegiada, lo cual facilitaba bastante seguir con la lactancia. Ahí poco consejo os puedo dar, solo que tenemos que seguir luchando para conseguir unos permisos de maternidad/paternidad más largos. Os recomiendo echarle un ojo a esta iniciativa del club de las malas madres y uniros a ella.

Una vez superados los problemas de los primeros meses, y cuando parece que todo ya va viento en popa surgen otros dos, bueno, realmente uno surge y el otro resurge, jeje.



El primero, en torno a los 6 meses empiezan a aparecer los primeros dientes ( hay niños que antes y otros que después) y eso duele, y como les duele muerden y si les pilla con la teta dentro de la boca pues os podéis imaginar lo que sucede. La única solución, si no queréis destetar, es abrirle la boca y sacar el pezón y volver a la crema de lanolina para aliviar el dolor.

El otro problema que parecía ya superado pero vuelve a resurgir es el de los opinologos. Bueno más que resurgir nunca se fue, además de estar en todos los ámbitos de la crianza... Que si el niño ya va siendo mayor para tomar tanta teta, que si te va a dejar seca, que si le vas a causar un trauma, que si no se la vas a poder quitar nunca, que si causa caries, que si se hincha con la teta y no come comida de verdad, el famoso ¿Pero te sigue saliendo leche?, qué si la teta ya no le alimenta...Y entonces llega el segundo embarazo y más opiniones. Qué si no se puede, que si me puede causar un aborto, que si no se lo quito ahora cuando nazca el bebé que voy a hacer, que si niño ya eres muy mayor para tomar teta, que si niño deja a tu mamá descansar, que si me van a faltar nutrientes durante el embarazo... Y nace el bebé y empezamos con lactancia en tándem: que si el mayor le quita alimento al bebé, que si voy a tener problemas de salud por amamantar a dos, que si niño ya eres muy mayor la teta es de bebés, que si niño déjale la teta a tu hermano que es pequeño y la necesita, que si ya el mayor tiene casi 3 años y sigue con teta, que si le vas a dar haya que vaya a la universidad...

En fin, que o eres como yo que por uno me entra y por otro me sale o acabas por dejar la lactancia o esconderte para no oír más comentarios.

Cuando me quedé embarazada de Marco pregunté a la ginecóloga si podía seguir amamantando, me dijo que mientras no hubiese un problema me recomendaba hacerlo, ya que así cuando naciera el bebé no tendría problema de subida de leche.
Y así lo hice, y así llevo 38 meses de lactancia ininterrumpida, 14 de ellos en tándem.

Y no me siento ni mejor ni peor madre que una que haya dado biberón o que haya dado lactancia materna durante 4, 5 o 6 meses. Y lo he hecho porque dejando a un lado los beneficios que tiene, a mí me resulta más cómodo enchufar la teta que preparar un biberón, porque es más barato y sobre todo POR QUÉ ME HA DADO LA GANA y lo seguiré haciendo hasta que quiera sin importarme lo que digan los demás. Creo que ninguna madre debería tener que dar explicaciones de si da teta y durante cuánto tiempo o de si da biberón. Al igual que en el resto de aspectos relacionados con la crianza lo que les va bien a una familia no tiene por qué irle bien a otra y nadie debería meterse, salvo casos muy excepcionales (por ejemplo casos de maltrato), en lo que ocurre en cada casa.

A las futuras mamis que queráis darle el pecho a vuestro bebé lo único que os puedo decir es que mucho ánimo y que es duro y cansado pero al menos a mí me merece la pena, y que ante cualquier problema pidáis ayuda en grupos de lactancia. Y si al final no se puede o no se quiere, no pasa nada, no vais a ser peores madres por ello.
Solo tenemos que tener respeto por la opción que tomen los demás.

Y vosotros, que problemas habéis encontrado en vuestra lactancia? Podéis dejarnos un comentario y si os ha gustado, compartid!!